La Normalidad Mínima escolar se define como las condiciones básicas indispensables que deben cumplirse en cada escuela para el buen desempeño de los maestros y el logro de aprendizajes de los alumos.
La SEMS impulsa la Normalidad Mínima como premisa fundamental para una educación de buena calidad y como estrategia relevante para asegurar, en los planteles, las condiciones básicas para construir ambientes pertinentes para el aprendizaje y favorables para el desarrollo integral de los jóvenes.