Sin embargo, es conveniente reconocer que todos los esfuerzos parten de condiciones básicas de operatividad de los planteles De ahí la importancia de promover de manera enfática que el trabajo en los planteles se realice atendiendo a la normalidad mínima escolar, que se define como:

  • Condiciones básicas indispensables de primer orden que deben cumplirse en cada escuela para el buen desempeño de la tarea docente y el logro de aprendizajes del alumnado, que una vez garantizadas permitirán el desarrollo de acciones de segundo orden que enriquezcan el proceso educativo.

Esta normativa busca garantizar que el tiempo en el aula cumpla con el objetivo de estar efectivamente dirigido a los aprendizajes de los alumnos, pretende entonces que el tiempo no se desperdicie.

La normalidad mínima escolar no asegura por sí misma el mejor desempeño de los jóvenes, dado que existen otros factores que son clave para que los estudiantes logren un mejor desempeño escolar, como son los aprendizajes acumulados, así como el conjunto de conocimientos y habilidades de los maestros.

La Subsecretaría de Educación Media Superior impulsa la Normalidad Mínima como premisa fundamental para una educación de buena calidad y como estrategia relevante para asegurar, en los planteles, las condiciones básicas para el proceso de enseñanza que permitan construir ambientes pertinentes para el aprendizaje y entornos favorables para el desarrollo integral de los jóvenes.