Una proporción mayor de recursos para universidades públicas son de fondos extraordinarios
- Participa la SEP en el Foro Financiación de la Educación Superior, realizado en Colombia.
- Los fondos extraordinarios federales destinados a la educación superior se han transformado en los últimos años de innovación a práctica consolidada.
08 de marzo de 2010.- Los recursos orientados a atender las necesidades de desarrollo de la educación superior no sólo se incrementaron en los últimos tres años, sino que también se avanzó de manera significativa hacia el establecimiento de un esquema de financiamiento basado en resultados y en el desempeño de las universidades, afirmó el Subsecretario de Educación Superior de la SEP, Rodolfo Tuirán, al participar en el Foro Financiación de la Educación Superior, realizado en Bogotá, Colombia.
Explicó que de 2006 a 2009, el presupuesto federal para la educación superior en México se incrementó en alrededor de 15 mil millones de pesos en términos reales (al pasar de 63 mil a más de 78 mil millones de pesos), lo que representó un aumento de casi 25 por ciento en ese periodo.
Gracias a este aumento, el gasto federal en educación superior como porcentaje del PIB aumentó de 0.52% en 2006 (es decir, poco más de la mitad de un punto porcentual) a 0.65% en 2009.
Tuirán explicó que hasta antes de los años noventa la política de financiamiento de la educación superior gravitaba de manera casi exclusiva en torno a la asignación de recursos destinados al sostenimiento de la operación regular de las instituciones de educación superior (es decir, la nómina de personal y los gastos esenciales de operación).
Actualmente, dijo, este mecanismo de financiamiento se combina con la asignación de fondos extraordinarios de concurso orientados a acelerar los procesos de mejora en las instituciones educativas.
El subsidio ordinario a las universidades públicas, explicó el funcionario federal, tiene un carácter inercial y no toma en cuenta las mejoras en el desempeño institucional ni los requerimientos financieros que derivan de sus planes de desarrollo, lo cual impide a esas instituciones ampliar y diversificar la oferta de programas académicos, mejorar su calidad, ampliar la infraestructura y el equipamiento y fortalecer los mecanismos de justicia distributiva en la asignación de recursos públicos, entre muchas otras necesidades.
Por eso, dijo el Subsecretario, se extendió la práctica de asignar los fondos extraordinarios vinculados a propósitos u objetivos específicos. Gracias a sus resultados, este tipo de fondos pasaron en pocos años de innovación a práctica consolidada.
Hoy en día, una proporción creciente de los recursos públicos para la educación superior se asigna a través de fondos extraordinarios de concurso. Entre las universidades públicas estatales, por ejemplo, los fondos extraordinarios representaron en 2009 cerca de 30 por ciento de los recursos federales, cuando 3 años atrás, en 2006, ascendían a 10 por ciento.
De esta forma, señaló, los fondos extraordinarios han contribuido a modificar la asignación inercial de recursos a las instituciones públicas de educación superior. Tuirán dijo que México es hoy en día el país de América Latina con el mayor número de fondos extraordinarios de concurso: actualmente hay 18 fondos de apoyo a la educación superior en el país, los cuales han contribuido a mejorar de manera significativa el desempeño de las instituciones públicas. Precisó que en la actual administración se han creado 10 de los 18 fondos extraordinarios existentes.
Los fondos extraordinarios son un instrumento flexible y transparente de financiamiento: se concursan con reglas claras, aceptadas por todas las universidades, y los proyectos presentados por las instituciones son evaluados por especialistas y pares académicos, en tanto que el proceso de asignación es observado por Transparencia Mexicana.
Ante expertos y autoridades educativas de América Latina, Estados Unidos y Europa, el Subsecretario Tuirán reconoció a la educación superior como un bien público que contribuye poderosamente a potenciar el desarrollo nacional y a mejorar las condiciones de vida de la población. Por eso puntualizó: “la importancia que tiene la educación superior para el país debe reflejarse en la inversión que la sociedad realiza en ésta”.
Para lograrlo, dijo, es necesario configurar una política de Estado para el financiamiento de la educación superior, anclada en los principios de institucionalización, suficiencia y manejo transparente de los recursos, así como corresponsabilidad, rendición de cuentas y reconocimiento al desempeño institucional.
En el Foro Financiación de la Educación Superior participaron, entre otros, Cecilia Vélez White, Ministra de Educación de Colombia; Gabriel Burgos, Viceministro de Educación Superior de ese país; Sallly Bendersky, Jefa de la División de Educación Superior del Ministerio de Educación de Chile; José Renato Carvalho, Director de la IESALC- UNESCO, así como rectores de universidades, vicerrectores académicos y administrativos, investigadores y líderes del sector productivo de Colombia.