- El Programa opera en mil 731 escuelas tanto a nivel federal como estatal.
- En tres años amplió su cobertura a 681 planteles más.
Como una respuesta a la situación de vulnerabilidad que encaran los jóvenes que cursan el bachillerato, la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través del Programa Construye T, ha brindado atención a un número importante de escuelas y alumnos de Educación Media Superior, ya que a la fecha opera en mil 731 escuelas, tanto de tipo federal como estatal, con un aproximado de 1.2 millones de estudiantes.
Construye T, que inició su operación en el ciclo escolar 2008-2009, empezó en mil 50 escuelas federales de Educación Media Superior, atendiendo a más de 900 mil alumnos con la instalación y operación de sus respectivos Comités Escolares y Comités Estatales. En tres años amplió su cobertura a 681 planteles más, periodo en el que ha experimentado procesos de consolidación y crecimiento relevantes.
Construye T es instrumentado por la SEP a través de la Subsecretaría de Educación Media Superior (SEMS) como un programa de apoyo a las y los jóvenes de Educación Media Superior para el desarrollo de su proyecto de vida y la prevención de situaciones de riesgo.
En este sentido, Construye T se apoya para su implementación en tres líneas de acción que se encargan de la prevención, formación y protección de los estudiantes.
El Programa cuenta con seis dimensiones encargadas de cumplir el objetivo principal: otorgar el conocimiento y herramientas suficientes al docente o tutor para que éste, a su vez, brinde atención a los estudiantes que se encuentran en riesgo.
La primera dimensión, Conocimiento de sí mismo, consiste en fomentar la introspección a través de la estimulación de la creatividad y los espacios de reflexión grupal e individual, para ayudar a la construcción de la personalidad y autorrealización.
Vida Saludable es la segunda dimensión, que tiene que ver directamente con la construcción de un estilo de vida saludable, propiciando la mejora de hábitos alimenticios y de la seguridad en el contexto escolar-familiar-comunitario. Dentro de esta dimensión también se brinda la información necesaria para que a través del desarrollo de habilidades, que permitan tener una vida sexual responsable, saludable y plena con una actitud de respeto, tolerancia, igualdad, equidad de género y aprecio por la diversidad.
La tercera dimensión es Escuela y familia, en donde el principal objetivo es fomentar la sana convivencia entre adultos y jóvenes, generando espacios de diálogo y de interacción entre todos los actores que conforman la comunidad educativa y en el ámbito familiar.
Como parte de un proyecto integral, también se incluyeron la cuarta y la quinta dimensión, Cultura de paz y no violencia así como Participación juvenil, destinadas a promover la resolución pacífica de conflictos, y a favorecer el desarrollo y la mejora de su comunidad, respectivamente.
Cabe destacar que en Participación Juvenil el Programa promueve actividades de los estudiantes en acciones y proyectos que, partiendo de sus necesidades e inquietudes, favorezcan su desarrollo y la mejora de su comunidad. Por ejemplo, en los planteles de Educación Tecnológica Agropecuaria ubicados en regiones de pobreza, se promueven y desarrollan diversos proyectos productivos que buscan mejorar las condiciones sociales de su población.
La última dimensión es Proyecto de vida, encargada de integrar la vida académica y social, así como el conocimiento de las herramientas básicas relacionadas con la construcción de un proyecto de vida y planeación de futuro, que permita descubrir y adoptar competencias que contribuyan al desarrollo óptimo de las y los estudiantes.
El Programa Construye T contribuye también al Modelo Integral de Acompañamiento para los Jóvenes de Educación Media Superior como una estrategia de intervención, a través de la dimensión psicosocial para favorecer el desarrollo integral de los jóvenes y disminuir las problemáticas asociadas a la deserción escolar y las situaciones de riesgo que enfrentan los estudiantes del nivel medio superior.